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2 de diciembre de 2013

Ser turista en tu ciudad

por Lic. María Elena Valdez

“Ahhh … que lindo…!!” es la inmediata respuesta que recibe cualquiera cuando dice, fuera del pago, que vive en Tandil. Esa sana envidia nos llena de orgullo, y no podemos más que asentir “si, la verdad que es hermoso”.

Lago del Fuerte. Tandil


Muchos coincidimos en que Tandil es una ciudad bellísima, siempre lo fue, y no por el turismo, sino por sus condiciones ambientales y culturales. Aunque sobran los ejemplos de lugares que pierden su atractivo a causa de un turismo mal gestionado, afortunadamente éste no es el caso, donde el desarrollo ha realzado esa belleza intrínseca y natural para disfrute de todos.

No cabe duda que la nuestra es una ciudad con vida propia, que no depende ni vive exclusivamente del turismo; pero cabría preguntarse si sería lo mismo sin él. Al margen del impacto económico, ¿encontraríamos tantos y tan variados comercios, bares, restaurantes, paseos y actividades culturales si no recibiésemos la visita de miles de turistas cada año?

Claro que el movimiento turístico altera el ritmo de vida en cualquier destino, el tránsito en las calles, la disponibilidad de mesas en el restaurant o el acceso a los espacios que consideramos propios. Sin embargo, mientras no caigamos en un modelo masificado, podemos disfrutar de estos vaivenes, que le imprimen un contagioso dinamismo a nuestra vida cotidiana y nos animan a ser parte de renovadas propuestas culturales, gastronómicas o simplemente matear en miradores naturales desde donde podemos contemplar, soñar y respirar ese aire serrano, tan nuestro, que nos renueva la energía.

Los tandilenses podemos ser turistas en Tandil. Cada día, cada fin de semana, en vacaciones y semana santa, tenemos la posibilidad de hacer turismo sin movernos de casa.

Una picada, parrilla, pizza o cocina internacional…
Teatro, cine, varieté, stand up…
Jazz, tango, pop, folklore…
Correcaminata, expo, feria…
Senderismo, cuatris, cabalgata…
Cerveza, vino o té con tortas…

Hay opciones para todos los gustos. Y lo mejor es que no tenemos que elegir unas y descartar otras en un acotado fin de semana. Cada día es un viaje al placer! Para mí es un verdadero privilegio, espero que compartido.

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