Dulce de leche en las Sierras Bonaerenses.
Lic. María Elena Valdez
En su novena edición, la Fiesta del
Dulce de Leche Artesanal en María Ignacia, se presenta como una excelente
propuesta que se reinventa año a año, demostrando la capacidad de un pueblo
rural para movilizarse, organizarse y crecer en torno a un proyecto claro,
incluyente e innovador que pone en valor la identidad cultural y productiva,
gestionado desde el liderazgo de la comunidad educativa, con apoyo institucional
y la participación de todos los actores locales.
Muchas localidades del país son
reconocidas a partir de las fiestas populares que nacen generalmente con un
sentido de reivindicación local y adquieren relevancia turística a partir de su
crecimiento y promoción. Esta revalorización permite a pequeñas localidades
insertarse en los circuitos turísticos, difundiendo otros recursos susceptibles
de visita o consumo.
Ligadas a factores productivos,
naturales, históricos, culturales, deportivos o de otra naturaleza, las fiestas
populares constituyen una oportunidad de socialización, recreación,
fortalecimiento institucional, sin desmerecer la creciente importancia que van
adquiriendo desde el punto de vista comercial.
El turismo gastronómico, así como la
valorización de lo artesanal,
asociado a la autenticidad, la diferenciación y la calidad de lo local están ganando terreno entre las
nuevas demandas. Muchos destinos ponen en valor su identidad productiva como
atractivo turístico, que se constituye no sólo en oportunidad de venta directa,
sino también como una vía de promoción altamente efectiva. La asociación de un
determinado producto con su lugar de origen constituye una manera de
instalación de marca perdurable y efectiva, además de garantizar su consumo
durante la visita.
La producción agroalimentaria con
identidad local tiene amplias potencialidades de desarrollo para los pequeños
productores rurales en la medida que la calidad de la producción esté al nivel
de las exigencias del mercado.
La introducción de marcas de calidad o denominaciones de origen, ayudan al posicionamiento en el mercado
a la vez que garantizan el control y la mejora de la producción, cumpliendo con
las exigencias de seguridad y sanidad requeridas, pero manteniendo las formas de
producción artesanal, las tradiciones familiares, los sabores locales, ya que
la gastronomía es ante todo, una expresión cultural.
La Fiesta del Dulce de Leche
Artesanal en María Ignacia, Tandil, se posiciona como un ejemplo exitoso de
trabajo sostenido con sabor local.
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