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22 de septiembre de 2013

La figura del guía de turismo en la legislación local

Lic. María Elena Valdez


Aunque su espíritu no ha cambiado, la figura del Guía ha ido evolucionando al ritmo de la organización del turismo como actividad socioeconómica y cultural, y éste difiere de un destino a otro. Este nivel de organización se plasma, entre otros aspectos, en la planificación, legislación y formación de recursos humanos, configurando un marco adecuado para el desarrollo de la actividad.

Con la iniciativa de la Asociación de Guías de Tandil y el impulso dado desde la Dirección de Turismo, se reguló en 2002 por ordenanza municipal la actividad de los guías locales y se creó el Registro Municipal Único en el que necesariamente deben estar habilitados quienes quieran ofrecer sus servicios en este municipio en las diferentes categorías contempladas. Si bien es necesaria una revisión, fue un primer paso válido hacia su regulación.

Esta norma se apoya fundamentalmente en 3 pilares:

* Generar empleo genuino y proteger la fuente de trabajo en beneficio de los guías locales. La norma apunta a que los grupos que visitan la ciudad, contraten un guía local para las excursiones en lugar de que sean realizadas por un coordinador o guía foráneo.

* Velar por la seguridad y calidad de la experiencia del visitante, no sólo en cuanto a la veracidad de la información transmitida, sino a todas las garantías que ofrece una actividad regulada: seguro de responsabilidad civil por accidentes, medidas de seguridad, asistencia en primeros auxilios, obligaciones tributarias, etc.

* Proteger el patrimonio y respetar la propiedad privada. Consciente de que el patrimonio natural y cultural es el principal recurso de trabajo del guía, éste se convierte en fiel custodio de los atractivos. Sin algo que visitar, no hay excursión que ofrecer.

Si bien este marco normativo es fundamental, la razón para contratar un guía local no puede apoyarse en un recurso legal, sino en el valor percibido de la asistencia de un profesional o idóneo, frente a la opción del paseo autogestionado.

En Tandil, la mayoría de los paseos son de acceso libre (aunque no accesibles) y, salvando el turismo educativo y otros grupos puntales, la demanda es primordialmente individual, se desplaza en su vehículo particular y en un gran porcentaje han visitado la ciudad anteriormente. En este escenario, vender una excursión constituye a veces un verdadero desafío.


Aquí entran en juego las habilidades comerciales, en sentido amplio, del propio guía. Tentar al turista con una oferta diferenciada y competitiva, añadir valor a la excursión y proponer circuitos y actividades alternativas a los paseos tradicionales, pueden ser las claves para posicionarse definitivamente en la agenda de los visitantes.

Mirando en perspectiva, habrá que tener en cuenta también que nuevos profesionales se sumarán progresivamente al mercado laboral con la titulación obtenida de la carrera de Turismo que dicta la UNICEN desde hace algunos años.

El papel de las oficinas de información, los empresarios y la comunidad local no es menor. Tienen en sus manos la posibilidad de sugerir, recomendar, inspirar o persuadir a los turistas a saborear la oferta local asistidos por un profesional, enriqueciendo su experiencia, profundizando sus conocimientos y haciendo más perdurable el recuerdo de las vacaciones en Tandil.

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