Por Lic. María Elena Valdez
Este Museo nace a partir de la
iniciativa de un grupo de vecinos que forman la Asociación Tradicionalista
Fuerte Independencia, unidos por el interés de cultivar las costumbres y
tradiciones locales. A lo largo de 5 décadas, fue reuniendo distintas
colecciones con objetos provenientes principalmente de donaciones.
En sus 2000 mts cuadrados, atesora
importantes objetos y documentos de gran
valor histórico y cultural a nivel regional y nacional, organizados en 16 salas
entre las que se encuentran espacios ambientados que no tienen desperdicio. Uno de los espacios
que más atrae a los turistas es la Pulpería, recreada con el mostrador y
la típica reja, provenientes de una pulpería de la zona de las Numancias. Allí,
los visitantes pueden darse el gusto de tomar una cañita como se hacía en el S.XIX,
entre decenas de objetos de la época, en un ambiente de encuentro, cálido y
familiar, a la vieja usanza. No deje de echar un vistazo al original “Aviso de
la Policía”.
Pulpería |
Otra de las salas en la que vale la pena
detenerse es la Farmacia, ambientada
con las vitrinas originales, muebles franceses y objetos en impecable estado de
conservación, pertenecientes en su mayoría a la Farmacia Central, la primera de
Tandil.
Otros espacios recreados son la herrería con piso de tierra y elementos
originales del oficio, estampas, yunque, fragua, martillos. La cocina de campo, con decenas de cacharros
y utensilios, una heladera y hasta un molinillo de café nos permite imaginar
cómo transcurría el día a día en los hogares de entonces.
Taxi |
Cuenta además con una colección muy
importante de carruajes de los siglos
XIX y XX, entre los que se destacan un taxi inglés del S.XIX, único en
argentina, la primera ambulancia que perteneció al Hospital, el carro de “los
angelitos”, una enorme carreta de 1870 y un típico carro lechero. En el patio
se exhiben las ruedas más grandes del país, construidas en Tandil, que
pertenecieron a “Dorita”, una chata que se utilizaba para transportar
mercadería a Buenos Aires.
También hay un amplio espacio dedicado
al ferrocarril, en el que se puede
encontrar desde una locomotora hecha a escala, hasta el mobiliario y la vajilla
de un vagón comedor y una oficina de telégrafo.
Si le interesa indagar en la historia local, encontrará piezas
únicas que hablan de los orígenes de la ciudad, como piedras de la muralla y
uno de los cañones originales del Fuerte Independencia, una maqueta de la
fortaleza, así como la primer campana de la Iglesia del Centro, el poncho de
tata dios, entre decenas de otros objetos y documentos históricos.
También atesora documentos, manuscritos
y diversos elementos pertenecientes a personalidades del orden nacional, como
el Gral. San Martín, B. Machado o J.A. Roca, Juan Moreira, entre otros.
Vale la pena dedicarle al menos un par
de horas a la visita, ya que se van a sorprender con
cantidad de objetos que no es habitual encontrar en un museo local. No
obstante, si se quedó corto de tiempo, puede volver al día siguiente con la
misma entrada.
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